lunes, 6 de julio de 2009

LA MONTERA DEL INCA


Comenzaremos con una tradición acerca del espiritu rebelde de los K'anas(1) la cual cuenta que ...


El Inca, en su afán de conquista y expansion de su imperio, atacó con sus tropas a los invencibles K'anas, considerados como los Yana Auk’as (2) de los K’anchis(3) y de los mismos Incas.
De esta forma los K'anas atrincherados en su fortín de Huaccra Pucara se defendieron valerosamente de los diferentes ataques incas, habiendo finalmente vencido el inca por contar con un elevado numero de combatientes, obligando a que los defensores K'anas retrocediesen momentáneamente.

El jefe K'ana, enterado de la invasión del ejercito imperial inca hacia sus dominios, hizo un llamado de emergencia a todos sus súbditos  para que juntos pudieran defender su nación y expulsar a los invasores, entonces los K’anas de los diferentes Ayllus se reunieron y acudieron en masa al llamado de su líder  formándose un contingente bastante numeroso, a cuya cabeza marchó el jefe K'ana dejando atras su familia y su palacio de K’anamarca(4) , una parte del ejercito se concentro en Ch`earaqhe(5), y otro grupo se fue tras los soldados K’anchis que ya avanzaban hacia k’anamarca, asimismo otro grupo se dedico a cerrar el paso a los K’epires(5) que dotaban de provisión al ejercito inca, por otro lado, en sentido contrario al avance de los invasores, marchaba el jefe Kana resuelto a enfrentar y detener el avance del invasor, le acompañaban también en tal propósito un batallón numeroso y algunos jefes menores, finalmente el grupo restante de todo el ejercito, se encargo de cerrar el circuito que abarcaba el territorio del posible enfrentamiento inminente.

Al tener noticia de que estaban siendo acorralados por los K’anas, en el campamento inca cundió el miedo y la desesperación, por otro lado empezaron a sentir los estragos del hambre, puesto que el cargamento de sus provisiones alimenticias había sido detenida e incautada, y sintieron mayor desesperación aun, cuando los K’anas aparecieron 
como nubes por todos los cerros aledaños, tratando de copar y reducir al enemigo.

En tal circunstancia, el jefe Inca viéndose acorralado por el ejercito contrario, habiendo también comprobado que se le había cortado cualquier medio de provisión, y para evitar una posible derrota lamentable, así como su segura caída o muerte en manos de los rebeldes, trato de parlamentar con el enemigo mediante el envío de emisarios, proponiendo una tregua momentánea  que el jefe K’ana acepto, en tal ínterin el líder de los K'ana runas, propuso una pelea personal con el Inka, para de esta forma, dirimir al vencedor de la guerra y demostrar cual de los dos era mas hombre y poderoso. Aceptado el reto Kana por parte del monarca inca, se acordaron las condiciones que el derrotado debía cumplir después del enfrentamiento sin reclamo alguno, pasando luego a concertar la pelea y la forma de tal evento, ambos coincidieron en escoger la onda como arma de la contienda.

A la hora señalada, los dos jefes se abastecieron de piedras y se proveyeron de su respectivas ondas, y se emplazaron cada cual a una distancia prudencial el uno del otro, de manera que les permitiese atacar y defenderse de los proyectiles, que iban a ser lanzados en cualquier momento por cada contendiente a una señal convenida.

Los soldados del ejercito K'ana así como los del bando contrario, esperaban cautelosos por algún caso, la orden de un posible ataque, aun sabiendo que en estos casos vencer o ser vencidos eran usos de la guerra.


En la cumbre del cerro Ccaccapunco existe una especie de cerro pequeño de piedra, de forma circular, que según cuenta la tradición, ese cerco que hoy es de piedra, no era de piedra, sino era la montera o borla imperial del poderoso inca que trato de guerrear a los K’anas.


Continuando con la tradición, se dice que el amo y Señor de los K’anas, con el primer hondazo le voló de la cabeza la montera del inca, quien antes de ser victimado por otra pedrada en la cabeza, debido a la superior destreza exhibida por el jefe k’ana en el manejo de la onda , por ende a su habilidad y su poder demostrados. El Inca sagazmente de inmediato pidió otra tregua para conciliar, y dando cumplimiento a las condiciones acordadas, ordeno el retiro inmediato y total de sus tropas, así como la entrega de sus armas al vencedor, dejando de esta forma en paz a los vencedores K’anas hasta otra nueva oportunidad.

Como recuerdo imperecedero de aquella afrenta, el pretencioso inca no recogió su montera destrozada, tampoco el jefe K’ana mando recogerla, ni aun como trofeo de guerra.

Con el correr del tiempo la forma intacta de la montera del inca se petrifico en una roca, que actualmente permanece en la cumbre del cerro Ccaccapunko, como trofeo inmovil y testigo presencial inmutable del triunfo, osadía y valentía de un poblador K'ana, ejemplo para las generaciones venideras.



(1) K'ana, poblador de la nación K'ana, territorios que conformaban una nación que abarcaba regiones actuales de Cusco, Apurimac, Puno y parte de Arequipa.

(2) Yana Auk'as, palabra que significa enemigos acerrimos, de donde deriva el nombre del pueblo de Yanaoca

(3) K'anchis, pobladores del territorio que actualmente se conoce como provincia de Canchis.

(4) K'anamarca, capital de la nacion K'ana ubicada en la actual provincia de Espinar.

(5) K'epires, hombres que cargaban las provisiones, vestimentas y otros enseres de los guerreros y comitiva inca.

(6) Ch'earaqhe, region ubicada en la provincia de Canas, hoy conocida con Chiaraje.


Autor: Miguel David Zapata Alvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.