Se dice que el poderío Inca no solo se limitaba al Gobierno del Imperio, sino que este dominio era múltiple, los Apus, los Auquis (1) y los Montes mas altos, también estaban bajo su mando, que cuando su concurrencia era necesario para el bien del pueblo, estos prestaban sus servicios, ya sea como consejeros, ya sea como vasallos, cumpliendo ordenes en la medida de sus posibilidades, como el de convencer a los pueblos aún no conquistados para someterse pacíficamente al dominio inca, siempre bajo condiciones favorables, como la culturización a través de la instrucción del pueblo mediante los mitimaes, la ayuda oportuna a los pobladores en la época de carestía y otros.
Estos dioses tutelares para cumplir el encargo del inca, conversaban con los jefes de las tribus, puntualizando los favores y beneficios que podría lograr el clan, siempre y cuando se asociasen al gobierno inca; de esta manera cuando el plenipotenciario Inca se presentaba en la tribu era bien recibido, y era aceptado totalmente él así como sus propuestas de conquista, anexándose de esta forma al imperio nuevos territorios sin derramamiento de sangre.
Estos dioses tutelares para cumplir el encargo del inca, conversaban con los jefes de las tribus, puntualizando los favores y beneficios que podría lograr el clan, siempre y cuando se asociasen al gobierno inca; de esta manera cuando el plenipotenciario Inca se presentaba en la tribu era bien recibido, y era aceptado totalmente él así como sus propuestas de conquista, anexándose de esta forma al imperio nuevos territorios sin derramamiento de sangre.
En caso de enfermedades mentales, de enfermedades endémicas también eran solicitados sus buenos oficios, ellos conocedores de la causa aconsejaban el tratamiento a seguir para la cura.
Cada año, estos dioses tutelares, en fechas determinadas eran llamados a reunión, para vaticinar problemas que pudieran presentarse en el curso del año, emitir su opinión sobre el año agrícola, si este sería lluvioso o seco y en cuales sectores cada temporal, también para que pudieran prevenir a los pueblos sobre los posibles desastres naturales que podrían presentarse, y otros que ellos los dioses solamente conocían.
Cada año, estos dioses tutelares, en fechas determinadas eran llamados a reunión, para vaticinar problemas que pudieran presentarse en el curso del año, emitir su opinión sobre el año agrícola, si este sería lluvioso o seco y en cuales sectores cada temporal, también para que pudieran prevenir a los pueblos sobre los posibles desastres naturales que podrían presentarse, y otros que ellos los dioses solamente conocían.
Por esta obediencia ciega, cuando el gobierno necesitaba dotar de agua a un poblado indígena que carecía de este vital elemento, el inca ordenaba al monte en cuyo seno existía una laguna subterránea, para que pudiera proveer de agua al poblado mediante un canal subterráneo, en cantidades suficientes y en forma permanente, para la bebida, para el riego de sus cultivos o pastales, caso del manante Huarank´a del pueblo de Tinta que tiene una leyenda parecida, el manante de Tambo Mach`ay, el que era explotado por una marca cervecera conocida en el Cusco, y así por el estilo otros manantes.
Se dice que el Apu Kjoropuna se canso de soportar la desesperada matanza de Vicuñas, Chinchillas y otros animales en las faldas de su morada, aquellas matanzas eran cometidas por indígenas bolivianos quienes se habían infiltrado en el Perú, haciéndose pasar por pobladores puneños, y que establecidos en sitios claves, armados de sus respectivos fusiles y municiones en cantidades suficientes, se propusieron cazar esos animales por doquier, para beneficiarse con la lana y pieles de los animales brutalmente cazados, y que después exportaban al extranjero sin pagar ningún centavo al estado peruano.
El Apu kjoropuna indignado con dichos vejámenes, vestido a usanza de los campesinos, con ropa típica, poncho y sombrero de lana de vicuña, con botas de cuero, convertido en un personaje imponente, se presentó en palacio de Gobierno a solicitar audiencia con el excelentísimo señor Presidente de la República don Augusto B. Leguía, quien con agrado le concedió la audiencia solicitada.
El Apu hizo su ingresó al despacho presidencial, donde luego de hacer su presentación, expuso el motivo de su visita, la que fue escuchada de principio a fin por el Mandatario conmovido por tan extraña visita.
El Apu para concluir su exposición enérgicamente solicitó a la autoridad gubernamental dictar medidas de seguridad y protección para los animales perseguidos, antes que el patrimonio peruano sea exterminado en su totalidad por los malditos cazadores infiltrados, advirtiendo que si no se tomaban acciones inmediatas, él, como dueño y señor de esos animales y la tierra, dictaría sentencia de castigo para el Señor Leguía y enfatizando su amenaza una vez mas, se despidió del Presidente, y cuando salió del despacho presidencial desapareció en la puerta.
Se dice que el Apu Kjoropuna se canso de soportar la desesperada matanza de Vicuñas, Chinchillas y otros animales en las faldas de su morada, aquellas matanzas eran cometidas por indígenas bolivianos quienes se habían infiltrado en el Perú, haciéndose pasar por pobladores puneños, y que establecidos en sitios claves, armados de sus respectivos fusiles y municiones en cantidades suficientes, se propusieron cazar esos animales por doquier, para beneficiarse con la lana y pieles de los animales brutalmente cazados, y que después exportaban al extranjero sin pagar ningún centavo al estado peruano.
El Apu kjoropuna indignado con dichos vejámenes, vestido a usanza de los campesinos, con ropa típica, poncho y sombrero de lana de vicuña, con botas de cuero, convertido en un personaje imponente, se presentó en palacio de Gobierno a solicitar audiencia con el excelentísimo señor Presidente de la República don Augusto B. Leguía, quien con agrado le concedió la audiencia solicitada.
El Apu hizo su ingresó al despacho presidencial, donde luego de hacer su presentación, expuso el motivo de su visita, la que fue escuchada de principio a fin por el Mandatario conmovido por tan extraña visita.
El Apu para concluir su exposición enérgicamente solicitó a la autoridad gubernamental dictar medidas de seguridad y protección para los animales perseguidos, antes que el patrimonio peruano sea exterminado en su totalidad por los malditos cazadores infiltrados, advirtiendo que si no se tomaban acciones inmediatas, él, como dueño y señor de esos animales y la tierra, dictaría sentencia de castigo para el Señor Leguía y enfatizando su amenaza una vez mas, se despidió del Presidente, y cuando salió del despacho presidencial desapareció en la puerta.
(1) Apus, Auquis: Dioses tutelares de los antiguos peruanos.
(2) Kjoropuna : Nevado conocido como Corupuna ubicado en la cordillera occidental al Nor Oeste de Arequipa-Peru
Nota del Autor: En fecha posterior a la visita del Apu Kjoropuna, el Presidente Leguía dicto medidas protectoras contra la caza indiscriminada de animales en peligro de extinción, y también se crearon los parques nacionales como el de las Pampas Caleras y otros a lo largo del territorio peruano.
AUTOR: Miguel David Zapata Alvarez
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