sábado, 3 de abril de 2010

LOS CAZADORES DE CABEZAS VOLADORAS

En el medio rural es frecuente escuchar comentarios sobre las cabezas humanas que vuelan, generalmente en las noches de luna llena, a partir de las nueve a diez de la noche, o al amanecer de tres a cuatro de la mañana.

Los viajeros noctámbulos y madrugadores cuentan que ven en el cielo de la noche, ciertos bultos semejantes a un ave que por encima de ellos pasan graznando K’ep, K’ep.

Hace algunos años se tenia conocimiento de experimentados cazadores de cabezas voladoras, quienes al ver que dichos bultos se aproximaban con su ruido característico, inmediatamente de la solapa de sus sacos extraían una aguja de arriero, que para esos y otros menesteres siempre llevaban consigo, y entonces clavaban la aguja en el suelo, e inevitablemente el bulto caía en forma aparatosa frente a ellos.

Entonces cuando esto acontecía el cazador se acercaba a la cabeza voladora y le empezaba a preguntar, cual era su nombre?, de donde procedía?, hacia donde se dirigía?, y por lo general la cabeza no respondía a estas preguntas, por el contrario suplicaba, que por favor la dejen partir, ya que tenia urgencia de continuar con el viaje, algunas veces el cazador al no reconocer a quien pertenecía dicha cabeza, sentía curiosidad de saber de quien era la cabeza, entonces sacaba su navaja, y le aplicaba un tajo en la cara, y antes de soltarlo le decía que no se olvidara de visitarlo durante el día trayendo consigo un poco de sal.

Efectivamente el visitante con su marca en la cara se presentaba, trayendo entre manos un brazuelo o una pierna de carne de cordero pero no sal, estos hombres conocidos como cazadores de cabezas, conocían con precisión en que lugares y en que momento podían atrapar dichas cabezas, algunos de ellos vivían de este oficio, y como a veces para suerte de ellos se presentaban mas de dos cabezas, podían lucrar con este curioso hecho, los experimentados en estos fenómenos sobrenaturales manifiestan, que las cabezas se desprenden de los cuerpos cuando al momento de acostarse las personas no se hacen la señal de la cruz, en esos casos las personas que están profundamente dormidas están propensas a que sus cabezas y extremidades puedan desprenderse de sus cuerpos, por eso a determinada hora de la noche la puerta del dormitorio se abre, entonces la cabeza y las extremidades se desprenden del cuerpo sin causar ninguna hemorragia o dolor, y saliendo por la puerta cada cual emprende el viaje, repentinamente la cabeza alza vuelo como dirigiéndose al infinito, no se conoce hacia donde se dirige, a que se dirige o porque se dirige.

Cuando la cabeza retorna de su vuelo, vuelve a juntarse con el cuello, en ese momento a veces la unión de las dos partes falla, y al despertar por la mañana el sujeto presenta el cuello amoratado y siente dolor al girar la cabeza, entonces el paciente culpa de este hecho al viento a la mala posición de la almohada, a la brujería, etc. 

Algunas veces la cara se presenta amoratada, con un tajo reciente, ensangrentada o hinchada, es porque la cabeza en su recorrido nocturno ha tropezado con el cazador de cabezas, o porque ha quedado atrapado en algún arbusto o maleza, o también porque en su vuelo ha tropezado con una pared o roca dura.

Nota.- El autor puede dar testimonio de que estos fenómenos son verídicos y reales ya que mientras radicaba en el campo, en más de una ocasión pudo constatar estas rarezas.



AUTOR: Miguel David Zapata Alvarez

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