sábado, 3 de abril de 2010

MITO “EL PAITITI”


Durante los primeros años después de la conquista española del Tahuantinsuyo, entre los pobladores del Cusco capital del imperio Inca, se propaló la noticia de la existencia de una ciudadela Inca ubicada en la región del Antisuyo(1) próxima al Cusco denominada “El Paititi”, poblado que los gobernantes Incas utilizaban para sus días de descanso, ciudadela incógnita con fortificaciones revestidas con oro, rodeada de andenería para el cultivo de plantas ornamentales, medicinales y alimenticias, con dotación propia de agua distribuida adecuadamente a través de toda la ciudadela, la cual también poseía jardines, palacios y viviendas construidas de piedra bien labrada, con escalinatas de comunicación, con necrópolis, y su hermosa campiña que la circundaba, todo su entorno estaba embellecida por árboles y arbustos, bien cuidados libres de malezas, poblada también por animales propios del clima cálido de la zona, que por las noches con sus cantos y el bullicio que creaban, amenizaban plácidamente el ambiente, dicha ciudadela de ensueño, estaba bien apertrechada con buenos caminos de acceso, constantemente reparados y mantenidos.

Cuenta la tradición que el Inca Huascar(2) aun cautivo de su hermano Atahuallpa(2), con anuencia de sus celadores, convoco urgentemente en secreto a sus numerosos hermanos y otros familiares de su padre el Inca Huayna Ccapac, discutiendo y analizando con ellos sobre el peligro que entrañaba la llegada de los españoles, y de cómo codiciaban el oro y la plata, demostrada en los saqueos sistemáticos de templos y palacios incas de la Costa, y que en tal cometido no respetaban creencias ni veneraban recintos sagrados del imperio, también discutieron sobre la captura perpetrada por los españoles de su hermano Atahuallpa en Cajamarca, y de como este ofrecía como pago de rescate a sus captores una cuantiosa fortuna en objetos y metales preciados, y lo que mas les preocupo era la marcha inminente de Pizarro y sus hombres hacia el Cusco capital del imperio.

Una vez discutido y analizado las amenazas y peligros a las que estaban expuestos ellos y todo el imperio, les ordeno que transportasen en el acto hacia el Paititi, lo mas preciado de sus riquezas y ornamentos como eran sus ídolos, tótems, joyas y vajillas, así como otros objetos de oro y plata que considerasen valiosos de preservar, de la misma manera algunos registros o legados importantes de sus antepasados. También dispuso que para no levantar sospechas dejasen en el Cusco en forma intacta aquellos objetos que pertenecían a las deidades existentes de los recintos sagrados como: el Templo del sol, la luna, las estrellas o el Ccoricancha(3). Esta labor de recolección y traslado de tesoros, la encomendó a los familiares mas jóvenes y fuertes escogidos de la nobleza, quienes bajo juramento personal hecho ante el Inca, guardaron silencio de por vida sobre el secreto que sólo ellos y el Inca conocerían. Una vez establecido el pacto, de todas las partes del imperio inca, empezaron a trasladar apresuradamente todo lo mas preciado de las riquezas incas hacia el Paititi.

Ya en el Paititi, lejos de las fortificaciones y la andenería de la ciudadela, los objetos preciados fueron escondidos en un deposito subterráneo labrado en el corazón de una roca viva, el cual fue sellado también con roca viva, esto ultimo para evitar que los objetos sufran algún deterioro o daño como producto de las inclemencias del tiempo, y todo aquello que ya no lograron transportar a tiempo, lo ocultaron en cuevas o mach’ays(4) existentes a lo largo de todo el trayecto hacia el Paititi. Transcurridos unos meses, estos mismos jóvenes al tener noticias de la muerte de Huascar y Atahuallpa, cumpliendo su promesa hecha al Inca Huascar, procedieron al camuflaje y la sepultura de la ciudadela del paititi, así como de aquellos recintos donde resguardaron las riquezas incas, finalizada esta tarea, procedieron a destruir aquellos caminos o rastros reales existentes que conducían al Paititi, de esta forma el mantenimiento antes rutinario, intencionalmente fue descuidado. Con el transcurso de los años la vegetación feroz de la Selva y la acción de la erosión hicieron su trabajo, ignorándose hasta el día de hoy la ubicación exacta de la ciudadela y de sus caminos de acceso.

También existía otra versión referida al mito del Paititi, el cual cuenta que ante la desmedida ambición de los españoles por el oro y la plata, algún humorista de la nobleza Inca, con el afán de burlarse de los españoles, creo el mito y la farsa sobre la existencia de una ciudadela de oro conocida como El Paititi, induciéndoles de esta forma a exponer sus vidas a los peligros y enfermedades inminentes que la Selva inhóspita deparaba, especialmente a todos aquellos imprudentes que sin medir las consecuencias, osaban internarse en sus adentros.

Del mismo modo se creía que la ciudadela pudo estar ubicado en algún lugar de la selva alta, en la colindancia de la región Cusco con la región de Madre de Dios, También se conoce que uno de los españoles que salió del Cusco en busca del Paititi fue Don Francisco de Orellana, quien en forma casual mientras efectuaba la búsqueda de la ciudadela de oro, descubrió el gran río Amazonas.

Por ultimo la leyenda refiere que antes del final de los tiempos, el Inca regresara reencarnado en un ser actual poderoso, y develara la existencia del Paititi ante el mundo, además será fácil reconocerlo, porque su sola presencia inspirara respeto, y porque se dirigirá a todos aquellos pobladores de su vasto imperio en sus propias lenguas o dialectos, llámese quechua, aimara, guaraní, cañarí, mapuche, etc., también utilizara para comunicarse con los pobladores actuales lenguas adoptadas como el español y el portugués, también la leyenda cuenta que tal Inca será un hombre erudito, altamente preparado y que practicara con los actos los mandamientos que sus antecesores antiguamente practicaban e inculcaban a todos los súbditos del Tawantinsuyo.

(1)Antisuyo.- Región ubicada al este del Imperio Inca conocido como Tawantisuyo.
(2)Huascar y Atahuallpa.- Últimos emperadores del tawantisuyo
(3)Ccoricancha.- Recinto Sagrado Inca, donde se adoraba al Sol.
(4)Mach’ay .- Cueva escabrosa


AUTOR: Miguel David Zapata Alvarez

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